El estupendo monólogo que se marca Quim Gutiérrez al principio de la peli es sólo un preludio de lo que nos vamos a encontrar.
Una comedia divertida de verdad y los temas habituales del cine de Daniel Sánchez Arévalo: el amor, las relaciones personales, el sentido de la vida.
Después de verla y disfrutar de su humor, te queda ese regustillo de reflexión vital que sin llegar a ser trascedente, te resitúa en lo que realmente importa.
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